Hay pacientes que tienen el reflejo inevitable de cerrar los ojos y las gotas van fuera, a la mejilla, a las pestañas, al suelo!!.
En esos casos la ayuda de una persona puede ser de gran utilidad, sosteniendo el párpado inferior, ayudando a mantener la cabeza hacia detrás, etc. A veces si el paciente está tumbado boca arriba es más fácil conseguir que la gota vaya a su lugar de destino.