Cuando un colirio tiene un sabor fuerte lo notamos cuando llega a la faringe, y es una buena manera de comprobar que tenemos permeable el conducto nasolagrimal (el que comunica el canto interno del ojo con la cavidad nasal).
Para evitar el sabor amargo y, también, absorber una cantidad importante del fármaco - debido a que ha penetrado en el ojo a través del tubo digestivo, en vez de penetrar a través de la conjuntiva y la córnea - es conveniente apretar durante 1-2 minutos el canto interno del ojo, entre el final de los párpados y la cara lateral de la base de la nariz.